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Mercedes Villaverde nació en La Habana y desde muy joven sintió
la afición profunda por la música, y sobre todo por la música
vocal. Unica hija de una familia que formaban sus padres y quince hermanos,
criada en un ambiente refinado y de buena educación, a los catorce
años se fue a California a estudiar canto y piano. Muy joven unió
sus destinos a los del bajo-barítono Ignacio Ruffino, con quien
se casó y tuvo dos hijos:Carlos y Julie, que también hicieron
historia en el arte musical.
Muy joven comenzó Mamá Ruffino su carrera: su debut
se realizó, según nota del En marzo de 1940, la compañía fílmica Paramount rodaba "Gulliver en el país de los enanos". Para la versión española se escogió la voz de Mercedes para interpretar a la princesita en sus canciones, y la de Gulliver fue la de Ignacio. En octubre de 1941, en Los Angeles, triunfaba el famoso compositor y pianista cubano Ernesto Lecuona, y bajo su batuta, la limpia voz de soprano de Mercedes llevó su mensaje de alegre cubanía. Hollywood la sigue llamando: su voz dobla la canción "Verde Luna" que supuestamente cantaba Rita Hayworth en la película "Sangre y Arena", que la llevó a la cúspide de la popularidad junto a Tyrone Power. Luego Mercedes firma contrato con la Metro Goldwyn Mayer (MGM) para actuar en la película "Tortilla Flats", junto a los grandes del cine americano Spencer Tracy, Hedy Lamar, John Garfield y Frank Morgan. Los horizontes de Mercedes y de Ignacio se amplían. En 1942 están en México en el Teatro Lírico, cantando huapangos, corridos y música cubana, además de hacer programas de radio en "Radio Mil". Antes habían alternado con el tenor Pedro Vargas; ahora con Chucho Martínez Gil, Los Tres Calaveras y otros artistas mexicanos, entre ellos Joaquín Pardavé, el famoso actor del cine mexicano. En México toman parte en su primera película: "Fantasía Mexicana". Pero Carlos, el hijo mayor de 11 años y Julie con 7 años reclamaban el tutelaje de la madre. Y desde 1945 a 1954, Mamá Rufino se dedica a la crianza y educación de sus dos hijos, utilizando este tiempo para enseñarles piano y guitarra, e iniciarlos en el aprendizaje de la música. Pero ella no dejaría del todo lo que era vocación ineludible: el canto, y por pura afición cantaba con un exitoso trío llamado "Los Peques", para así no extrañar su arte. |